ahora.

Qué difícil es sentir frustración, rabia, coraje, impotencia... pero sobretodo decepción.

Cuando sacrificas cosas en tu vida, como momentos que vivir, risas, mil historias que contar...sólo para obtener una recompensa que te llene, que te sientas feliz, útil, que tengas ganas de comerte el mundo... y esa recompensa nunca, jamás llega. Te esfuerzas continuamente, te caes, y te levantas, te vuelves a caer, y te vuelves a levantar. Una lucha continua contigo misma, día a día. Hasta que llega un momento en el que te derrumbas, el mundo se te viene encima, no puedes más, necesitas algo para poder seguir, un poco de luz en tu vida, en tus metas, en tus sueños... y nunca llega.
Entonces es cuando te preguntas ¿por qué yo no? ¿qué tienen los demás, que no tenga yo?
Pero la respuesta está en tu interior, tienes que ser fuerte, con cada tropiezo, con cada piedra que te encuentres en el camino.No te puedes rendir, busca tu meta. Esa que llevas añorando años. ¡Mira! cada vez está más cerca, ¿la ves? ¡ahí está!, te queda poco para rozarla, ¡no te rindas ahora! ¡debes ser fuerte y pensar en tu felicidad!. Ahora te toca a ti, ¡tú puedes, SÉ FELIZ!